lunes

El baile de las princesas



PRIMERA ESCENA Sindi y sus tres preciadas amigas sentadas en una barda. El río está lleno de tranquilidad, el bosque es triste ¡qué dulce melancolía!

Las cuatro mejores amigas y sus pies descalzos al aire, hablan de cosas imposibles, pues a su edad de 16 años, un poco de adrenalina puede convertirse en un poco de peligro. Son felices, a Sindi le agrada.

Ante el cielo, un exceso de color azul, Sindi sonríe sin sentirse inocente. Las tres amigas son como ángeles, ¿qué pasaría si se viesen desplumados?
La sonrisa angelical de Sindi anima sus pláticas destartaladas. Sindi apuesta a sí misma que un poco de riesgo no hace daño, y ve por fin, su plan perfecto.
Hablan las chicas con carcajadas y emoción, ¡si tan sólo Sindi pudiese ser tan feliz como ellas! ¿O qué? ¿A caso la ves triste? SEGUNDA ESCENA

Bienvenida a la noche, amiga mía.
Sindi llega a su casa. El plan parece que funcionará perfecto, y las demás amigas, ya se han puesto de acuerdo.
Sindi miente a su madre, enseguida entra a su cuarto y azota la puerta. Su mano alargada y frágil abre suavemente el cajón, ahí guarda su ropa interior. Decide cambiarse de calzón, el rosa queda perfecto, y el cuchillo escondido será mejor que salga a la luz. El cuchillo ha estado asfixiado, a Sindi no le gusta que duerma mucho, ¡pero ya le ha dicho mil veces que no sea flojo!
Sindi se siente tranquila, abre la ventana con cautela, y sin hacer mucho ruido… escapa. Se aleja de su casa con su vestido preferido… Sonríe porque le agrada verse bien durante la ocasión. TERCERA ESCENA

Las cuatro mejores amigas se reúnen en el bosque. Sindi observa el rostro de cada una a la luz de la Luna. Sindi sospecha de ellas, ¿por qué sonríen tanto? y lo raro es que… tienen miedo. Ah, pobres angelitos.
Sindi sonríe ante la situación, y las demás también.
Así que había una cabaña dentro del triste bosque, pero como es de noche, tiene principios macabros. Entusiasmadas todas, entran a la casa y comienza su plan: su juego de princesas. Sara sonríe a Sindi; ambas voltean, y la dulce Pamela se pone su vestido de blanca nieves.
Blanca nieves enciende la grabadora. Una música espantosa sale de las bocinas. Sindi se excita… Blanca nieves siente que debe bailar tan sólo un poco…
Enseguida, las cuatro amigas bailan al unísono. La música se va poniendo más loca, y si más loca se pone, la sensual y misteriosa Sindi congela más su sonrisa.
Blanca nieves alza su mirada inocente; sus ojos no combinan con su tono rojo de labios, es decir, a Sindi no le gusta lo que ve.
Extendiendo sus hermosos brazos, Sindi agarra el tacón de cenicienta (de Bárbara). Bárbara, al darse cuenta, sigue sus pasos… A Sindi le parece buen momento y le coloca una cadena alrededor de las manos. .. CUARTA ESCENA

Las tres amigas, menos una, están atadas con cadenas que cuelgan del techo. Sindi sonríe con tranquilidad, elige a su primera doncella: Blanca y pura de las nieves.
Como no le gustaban sus labios rojizos y su mirada azul, así como el cielo, saca su cuchillo. Sindi recuerda que veía miedo en el rostro de cada una. Muchas ideas, y la mejor de todas es la que viene: Su cuchillo quería llorar sobre la piel pálida de Pamela, entonces lo presiona contra su bello rostro y le va cortando, y cortando… Lo único que no corta, son sus hermosos labios.
Mucho y horripilante dolor saliendo a gritos de la boca roja de Blanca nieves. “Ahora combinas con tus labios” Sindi le murmura alegre al oído. A sindi todo le agrada más que antes.
La sangre brotaba, y Sindi la recibió con sus manos abiertas. Sus manos marcaban felices su diabólico rastro por las paredes ¡ella era el alma de la fiesta!
Los gritos de las amigas complementaban con la música, pero a Sindi ya no le gustaba, quería un poco de jazz, y también quería, que sus amigas bailaran.
Y así fue, volvió a comenzar la fiesta y Sindi bailaba seductoramente con su cuchillo al aire, en eso se le ocurre dar vueltas y vueltas… Avienta su hermoso cuchillo, y cae al azar en el ojo de Sara. ¡Más sangre, mucha, mucha pintura para escenarios macabros!
Y Sindi agarra un poco más de eso con sus elegantes manos, y se lo embarra a Bárbara por todo el cuerpo.
“¿Por qué haces esto?” dice Bárbara llorando. Y Sindi le contesta haciendo llorar de nuevo a su cuchillo. La, la, la, la… La hermosa Bárbara es desollada. Sindi está contenta. QUINTA ESCENA

Al amanecer, Sindi escribe en su diario:

Querido diario:
Ayer fue la mejor noche de mi vida. Antes de saciar por completo mi curiosidad, tuve la oportunidad de ver qué había detrás del rostro de mis amigas, de sus gestos… Y ayer por la mañana, bajo el cielo azul, estaba pensando en qué debería de coleccionar, porque en mi vida he tenido alguna colección de objetos valiosos. En fin, cada rostro de mis amigas se encontrará en mi cajón de cosas robadas. ¡yupi, ahora tendré máscaras! Estoy emocionada.



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